¿Intentaste alguna vez cruzar un riachuelo, donde fluye abundante agua, sin mojarte los pies? Seguramente que para lograrlo buscaste las piedras firmes que sobresalían en la superficie, trazaste en tu cabeza el recorrido más adecuado y con decisión te pusiste a caminar hacia la otra orilla. En nuestros discursos ha de suceder igual, las piedras son las ideas principales donde apoyarnos, los hitos que marcan el recorrido de nuestra intervención: la estructura.
Explica a tu auditorio lo que les vas a decir, díselo y finalmente recuérdales lo que les has dicho. Para ello es recomendable dividir nuestras presentaciones en tres partes: la introducción, el cuerpo del mensaje y la conclusión.
1.- La introducción:
En toda introducción debe haber los siguientes elementos:
Bienvenida y presentación (si procede): Brevemente darnos a conocer: nuestro nombre, el puesto que ocupamos y un línea de nuestros antecedentes profesionales. Yo suelo incluir también tres o cuatro datos personales que de forma informal servirán para encontrar posibles vínculos con la audiencia (que ando en Vespa, que tengo dos hijos, que he vivido en México…)
La intención: Cuál es el objetivo de nuestra presentación. Las palabras que aquí empleemos deben de resaltar los intereses de la audiencia, no los nuestros.
El mapa de ruta: Es conveniente marcar el camino que les vamos a hacer recorrer. Una técnica que suelo emplear es plantear este mapa a través de preguntas que voy a responder. Estas preguntas han de ser del interés de la audiencia, con ello lograremos captar su atención.
La creatividad: Encendamos un luz que atraiga la atención de quienes nos escuchan. Es un buen momento para contar una breve historia, un ejemplo, mostrar una imagen, un objeto, proyectar un video… Tenemos que ser capaces de hacer brillar nuestros discursos mediante metáforas atractivas que capten el interés de nuestro público. Debemos de ser creativos, buscar conexiones atractivas que se relacionen con el mensaje principal que deseamos transmitir.
2.- El cuerpo de la presentación. :
Está demostrado que el cerebro humano puede retener eficazmente más cantidad de información si se le presenta organizada en tres bloques, estamos hablando de la magia del triangulo, del poder que tiene el número tres.
A la hora de crear el cuerpo, hay que tener en cuenta que necesitamos mostrar nuestra presentación lo más visual posible, tal y como está organizado un libro, con secciones, capítulos, párrafos... Por lo tanto es importante que nuestro público sepa en todo momento, dónde está y hacia dónde se dirige. Esta técnica facilita la comprensión y la retención de lo que exponemos, ya que no solo proporcionamos información a quien nos escucha, sino también un sistema de archivo para poder almacenarla.
El desarrollo debe ser lógico, atractivo y adaptado a nuestra audiencia. Si el cuerpo de nuestra presentación está organizado a través de preguntas el impacto en la mente de nuestros oyentes será mayor.
3.- La conclusión. Es un recordatorio del tema tratado, del punto de vista defendido, de los principales argumentos presentados. Hay que encontrar un final atractivo que haga nuestros discursos redondos. Para ello debemos de hacer referencia de nuevo a esa metáfora, a esa historia, al ejemplo, a la luz creativa que hemos encendido al inicio y que nos ha acompañado a lo largo de todo este trayecto.
Se trata por tanto, de encontrar las piedras clave que trazan de manera firme y comprensible el recorrido de nuestro discurso, para que como en la metáfora del riachuelo, nuestro auditorio y nosotros mismos, no terminemos ahogados por un torrente de ideas y palabras sin conexión, ni sentido.
Apoyo este propósito, Julio: «Las palabras que aquí empleemos deben de resaltar los intereses de la audiencia, no los nuestros.» Como también este otro juicio de valor: «… han de ser del interés de la audiencia, con ello lograremos captar su atención.»
Parecerá una perogrullada, pero con frecuencia emisores, ponentes, oradores y dicentes se olvidan del pilar fundamental de la emisión o del discurso.
Saludos,
Hola Javier, gracias por tu apunte.
Estoy de acuerdo con tu comentario.
Parece de sentido común, pero en muchas ocasiones se nos olvida algo tan básico.
Un saludo.
Buenas noches, esta muy interesante el articulo, quisiera por favor lo ilustren con un ejemplo que cumpla todos estos pasos( un tema en especifico) saludos Dios les bendiga siempre
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